VPO, la mejor oportunidad... para unos pocos
Ya hace tiempo que tenía ganas de escribir este artículo para expresar mi opinión acerca de los sorteos de viviendas de protección oficial (VPO).
Para empezar con un mensaje rotundo quiero pronunciarme sobre la tremenda injusticia que considero el hecho de sortear pisos en el que resultarán agraciados sólo unos pocos. No creo que sea una buena medida para solucionar el problema de la vivienda arreglarle la vida a una minoría para dejar "tirada" a la mayoría. Los beneficiarios de un sorteo de VPO no suelen llegar al 10% (y muchas veces menos), eso implica que un 90% deberá pedir una hipoteca estratosférica para poder acceder a una vivienda con unas calidades mínimas de habitabilidad. Yo no tengo la fórmula mágica para arreglar esta situación, tampoco creo que exista, pero estoy seguro que hay alternativas mucho más justas para ayudar a todo aquel que desea adquirir una vivienda. Personalmente prefiero distribuir todo el dinero invertido para la construcción de viviendas de protección en diversas medidas que alcancen a la totalidad de personas interesadas en conseguir un piso. Se podrían aumentar las cantidades en la desgravación de impuestos por la compra de vivienda, o bien establecer ayudas en forma de cheques, por ejemplo.
Otra cuestión es que cada vez se celebran más sorteos para diferentes colectivos sociales, como los jóvenes o las personas divorciadas, pero en la situación actual habría que estudiar cada caso individualmente y no rechazar de antemano a nadie. El problema se merece estudiar las necesidades de cada uno para decidir las posibilidades que se tienen de optar a un piso de protección.
Por otra parte, y aunque suene muy fácil decirlo ahora, no se debería haber permitido llegar a esta situación en el que la vivienda pasa a ser un bien de lujo y no de primera necesidad. En algunos momentos conviene cortar de raíz y establecer ciertas normas que permitan vivir dignamente. Yo apostaría por una bajada de precios impuesta por el gobierno, donde los principales afectados fueran los que se han estado enriqueciendo durante todos estos años. Menos política de marionetas y más acciones sociales que se reflejen en nuestro día a día.
Como colofón quería destacar que actualmente no soy beneficiario de ninguna vivienda de protección oficial, como ya se podría adivinar según lo escrito anteriormente, pero si algún día fuera de los privilegiados que es agraciado en un sorteo seguiría opinando lo mismo. Aunque he de decir que no rechazaría el “regalo” si se diera la ocasión porque sigo sin ver ninguna intención de atajar el problema por los responsables, y un premio así no aparece más que una vez en la vida.
En definitiva, enhorabuena a los pocos que les ha tocado un piso y suerte a los muchos que tenemos que buscarnos la vida.
Para empezar con un mensaje rotundo quiero pronunciarme sobre la tremenda injusticia que considero el hecho de sortear pisos en el que resultarán agraciados sólo unos pocos. No creo que sea una buena medida para solucionar el problema de la vivienda arreglarle la vida a una minoría para dejar "tirada" a la mayoría. Los beneficiarios de un sorteo de VPO no suelen llegar al 10% (y muchas veces menos), eso implica que un 90% deberá pedir una hipoteca estratosférica para poder acceder a una vivienda con unas calidades mínimas de habitabilidad. Yo no tengo la fórmula mágica para arreglar esta situación, tampoco creo que exista, pero estoy seguro que hay alternativas mucho más justas para ayudar a todo aquel que desea adquirir una vivienda. Personalmente prefiero distribuir todo el dinero invertido para la construcción de viviendas de protección en diversas medidas que alcancen a la totalidad de personas interesadas en conseguir un piso. Se podrían aumentar las cantidades en la desgravación de impuestos por la compra de vivienda, o bien establecer ayudas en forma de cheques, por ejemplo.
Otra cuestión es que cada vez se celebran más sorteos para diferentes colectivos sociales, como los jóvenes o las personas divorciadas, pero en la situación actual habría que estudiar cada caso individualmente y no rechazar de antemano a nadie. El problema se merece estudiar las necesidades de cada uno para decidir las posibilidades que se tienen de optar a un piso de protección.
Por otra parte, y aunque suene muy fácil decirlo ahora, no se debería haber permitido llegar a esta situación en el que la vivienda pasa a ser un bien de lujo y no de primera necesidad. En algunos momentos conviene cortar de raíz y establecer ciertas normas que permitan vivir dignamente. Yo apostaría por una bajada de precios impuesta por el gobierno, donde los principales afectados fueran los que se han estado enriqueciendo durante todos estos años. Menos política de marionetas y más acciones sociales que se reflejen en nuestro día a día.
Como colofón quería destacar que actualmente no soy beneficiario de ninguna vivienda de protección oficial, como ya se podría adivinar según lo escrito anteriormente, pero si algún día fuera de los privilegiados que es agraciado en un sorteo seguiría opinando lo mismo. Aunque he de decir que no rechazaría el “regalo” si se diera la ocasión porque sigo sin ver ninguna intención de atajar el problema por los responsables, y un premio así no aparece más que una vez en la vida.
En definitiva, enhorabuena a los pocos que les ha tocado un piso y suerte a los muchos que tenemos que buscarnos la vida.
VPO, la mejor oportunidad... para unos pocos
2 Comentarios:
Estoy completamente de acuerdo en que la VPO no es la solución, al contrario, es parte del problema. Lo comenté hace tiempo en El timo de la VPO.
No es posible distribuir el dinero que se destina a construcción de VPO, porque no se destina ninguno. El Estado no paga por hacer VPO, simplemente hay un porcentaje de viviendas reservadas para VPO y las construyen las promotoras.
Por otro lado, aumentar la desgravación fiscal por compra de vivienda, sólo contribuye a aumentar el precio. La gente compra la casa en función de lo que puede pagar, incluyendo desgravaciones.
El Estado no puede imponer una bajada de precios, ese tipo de medida supondría un problema de inseguridad jurídica -en cualquier momento se podría hacer lo mismo con cualquier otro producto o servicio- y afectaría gravemente a la credibilidad internacional de la economía nacional.
Además, y más importante, una bajada por decreto de los precios de las casas, tendría un impacto tremendo en la sensación de riqueza del país, produciéndose un recorte del consumo y una crisis económica derivada del mismo. Eso sin contar la cantidad de familias que quedarían endeudades por más de lo que valdrían sus casas.
La solución creo que existe y que es más fácil de lo que se piensa. El problema es que supone luchar contra la obsesión generalizada por la propiedad de la vivienda.
Estoy seguro de que la solución son los alquileres sociales. Viviendas promovidas por el Estado para alquilar a cualquiera que lo demande por un porcentaje de sus ingresos. Y, también, viviendas vacías alquiladas por el Estado a particulares para realquilarlas como alquileres sociales, siendo el Estado garante ante el propietario por cualquier desperfecto (ya existe una iniciativa del Gobierno Vasco en este sentido).
Con el alquiler social se atienden las necesidades de cualquiera, independientemente de que gane demasiado poco como para poder participar en un sorteo de VPO.
Además, no se produce la injusticia de que alquien que accedió a la propiedad de una VPO la mantenga aunque sus condiciones económicas hayan mejorado y sean mejores que las de muchas personas que están esperando.
Al tratarse de un porcentaje del sueldo, a partir de una cantidad, la compra de vivienda libre o el alquiler convencional serían mejor opción para quienes hubieran mejorado su nivel de ingresos.
Es una historia de nunca acabar el tema de las viviendas de VPO. Lo que más me deja indignada es cuando leo que los pisos sorteados beneficiaran los jóvenes que quieran independizarse. Hay centenas de parejas con más de 40 años aun viviendo con los suegros sin la mínima posibilidad de tener su casa y con sueldos bajisimos esperando este bendito sorteo, injusto y complicado.A mí me parece una jugada política esta preferencia que se da solamente a los jóvenes. Ellos tienen su derecho como todo ciudadano a tener su propio pisito, pero hay un colectivo de hombres y mujeres que empezaron su vida matrimonial tarde y que tambien deberían estar en la lista de los más necesitados.De verdad esto es desanimante! Vivienda digna para todos hasta 2011! Onde? Cuando? Cómo? Se hay más de 5.000 personas inscritas. Es más facil que nos toque la loteria que conseguir un piso de proteción oficial.
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